Empieza por abajo: No rechaces un puesto inferior al que crees merecer si este te va a permitir aprender mucho más sobre lo que necesitarías saber en el puesto que deseas.
Encuentra el entusiasmo en tus tareas: No te centres en lo monótonas que son, sino en los conocimientos y habilidades que vas desarrollando a través de ellas.
Nunca olvides la importancia de lo básico: Si ya cuentas con un puesto de responsabilidad, en el que tienes a otras personas a tu cargo o tareas más complicadas, nunca olvides la relevancia de lo más sencillo y de las tareas que otros desempeñan para ti.
Cuidar estos aspectos te convertirá en un experto de verdad, consciente de su lugar y del de los demás.
No seas el jefe que no saluda o el superior que mira por encima del hombro, por favor.
En resumen, "no empieces la casa por el tejado".
Y nunca olvides las bases que te llevaron hasta donde quieres llegar.
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